Historia
Cap 1: La Infancia de Atuc —Atuc Ogichida, un nombre digno para un guerrero de la tribu Heiltsuk, el hijo del Wendigo, me llamaban los que me habían encontraron dentro del tipi durante esa noche fría y que mi corazón no se había detenido, no estaba muerto, estaba más vivo que nunca! —dijo el cachorro poniéndole énfasis y dramatismo a su biografía, hubo silencio, sin duda la historia de Atuc era la más triste entre todas la que los niños que se encontraban reunidos en el campamento junto al rio Misuri habían narrado.
Uno de los cachorros que le acompañaban rompió el silencio —¿es verdad que tu padre era policía? —el chamán de la aldea de volteó a mirarlo, tenía una lagrima en su mejilla, con un fuerte bramido le hizo saber al cachorro que había abusado de la confianza y que quizá la pregunta le pudiera incomodar a Atuc Ogichida.
—Era algo parecido a un policía, era quien cuidaba de nuestra aldea hasta que la araña y el dragón llegaron, creyeron que podrían con todos. Ilusos —la voz de Atuc sonó mental, como si sus palabras no fueran lo suficientemente expresivas para terminar de contar su historia a sus hermanos de leche, rápidamente el anciano chamán se paró frente a ellos y les dijo— bueno cachorros creo que ya fueron suficientes historias por hoy, deben dormir que mañana haremos el rito de saludo al sol.
Todos los jóvenes se quedaron inconformes con la historia de Atuc, ellos querían saber más, después de todo sus aburridas vidas habían nacido y crecido en Holter Lake, no como Atuc quien les parecía interesante por su misteriosa proveniencia. Durante el transcurso de la noche uno a uno, salieron de los tipis y tiendas de campaña para meterse en la tienda donde el cachorro wendigo ya se había alertado de su presencia.
La sorpresa fue menos que leve, Atuc predio su linterna, una pequeña linterna color negro con una despintada bandera de los Estados Unidos, vio las sombras y dijo, —¿van a entrar o no? —todos terminaron de entrar, estaban apretados con la luz de la linterna iluminando el techo del tipi, en un silencio sepulcral.
—mis recuerdos son como la bruma, si recuerdo nuestra aldea, teníamos nuestras casas sobre el agua junto a nuestras canoas largas talladas en grandes árboles, con hermosas pinturas del oso, del lobo en ellas, las mujeres de mi tribu eran hermosas, tenían su cabellera negro como la noche, trenzada caía por sus hombros —Atuc decía con mucho amor, sin duda eran los recuerdos más felices que tenía.
—mi madre, ponía la hoguera en nuestro hogar a fuego lento para que las rocas se mantuvieran calientes, el humo subía hasta la punta del tipi donde colgábamos la carne roja para ahumarla, yo dormía sobre una piel de conejo, era suave y siempre tenía buen olor, mi madre le ponía aceites que obtenía de las flores —Atuc levantaba su nariz recordando aquellos momentos como si hubieran ocurrido ayer.
—mi padre era un guerrero, feroz, su piel oscura como la mía o la vuestra, tenía el cabello largo y atado en una larga trenza que caía más debajo de sus estrechas caderas, su espalda rígida y triangular, era el mejor con la tomahawk —un brillo de tristeza apareció en los cálidos ojos oscuros de Atuc— así es como recuerdo que vivíamos.
—un día escuché que mi madre lloraba, yo no sabía que hacer me abracé de su pierna izquierda, ella no paraba de llorar, era como si no me estuviera viendo buscaba entre las pocas cosas que teníamos su arco y sus flechas, una daga, yo jalaba de su pierna aferrándome a ella para que no me dejara, entonces ella agarró su arco y con la esquina me golpeo en la frente dejándome inconsciente. No sé por qué lo hizo, pero sospecho que ella sabía que debía morir ese día, ella, mi papá, mis amigos, los ancianos, todos —Atuc exhaló una bocanada de aire cargada de tristeza.
—pero yo no estaría solo, en cuanto cerré los ojos inconsciente, Señor del Maíz y Grito de Invierno estuvieron ahí conmigo en su forma de lobo, dos grandes lobos grises, sus cabezas eran del tamaño de mi cuerpo, frente a mí imponentes, yo no hice más que abrazar mis rodillas y escuchar lo que me tenían que decir —dijo Atuc, y el silencio regresó a la historia, algunos de los niños y jóvenes presentes solo parpadearon, hasta que uno de ellos se atrevió a preguntar— qué te dijeron?
Atuc sonrió, —me dijeron que era momento de crecer, que dejaba de ser niño, y ahí entendí que uno no es niño por la edad que tiene sino por la mente, y cómo comprende el mundo. Grito de Invierno abrió su hocico el cual se hizo más grande hasta erguirnos a todos dentro, vi a mis padres, estaban luchando contra unos monstruos deformes hasta que murieron, la batalla duró días durante los cuales dormí hasta que fui encontrado por los sobrevivientes—
Cap 2: El Primer Cambio —los ancianos de la aldea, en especial Gocun solía decirme que nuestro pueblo tenía la mágia de Gaia en la sangre, somos los puros, aquellos que provocan tanto miedo en la serpiente que nunca nos dejarán vivir en paz —reflexionaba Atuc mientras le hablaba al viento del norte.
El viento comenzó a soplar con su frio característico contra el rostro de Atuc, era como si a los espíritus les importaba aquel huérfano que naciera en una luna llena. Atuc se inclinó con respeto, finalmente se arrodillo sobre pedazos de piedra filosos que fácilmente cortaron la piel de sus rodillas, las cicatrices más antiguas habían logrado que perdiera sensibilidad en la zona, solamente esbozó una sonrisa y dijo, —estás aquí.
Finalmente cerró sus ojos, al hacerlo vio a Pequeño Zorro acercarse en su forma crinos y atrás de él un firmamento negro, Pequeño Zorro era un poderoso ahroun de antaño, quien resultó ser uno de los ancestros del cachorro, Atuc sonrió y corrió a su encuentro, después de todo ¿qué sabe un niño si no es sobre estima?, en ese entonces Atuc no era la exepción, aunque su pasado era sombrío, más de lo usual, él no estaba roto de espíritu y tenía mucho para exteriorizar.
Pequeño Zorro lo detuvo únicamente usando su diestra, abriendo su gran mano de crinos alrededor de la cabeza de Atuc, no permitiéndole acercarse más, el cachorro abrazó con sus manos el brazo de su ancestro. —¿para qué has venido pequeño zorro?. ¿Ocurre algo? —dijo Atuc. El espíritu del ancestro sonrió mostrando sus afilados e inconmensurables colmillos y respondió instantáneamente con una voz grave, monstruosa— he venido a pedirte algo. Quiero que te transformes. —Atuc solo tenía catorce años en ese entonces.
El cachorro con sus ojos bien abiertos que alcanzaban la luz a través de los dedos de la diestra del crinos, los abrió aún más, estaba atónito a las palabras de Pequeño Zorro, dejó caer sus manos para luego intentar soltarse del agarre de su rostro, poniendo sus dedos con fuerza intentando mover los dedos que lo agarraban con firmeza, de pronto siente que pierde el contacto con la superficie y es arrojado hacia un lado, Pequeño Zorro le había golpeado.
Los ojos de Atuc parecían ocultos en la sombra, solo se miraban sus mejillas con dos gotas traslucidas que bajaban brillantes, —¿por qué has hecho eso? —se quejó Atuc mientras separaba sus piernas y sus manos se cerraban en puños, se había lastimado y le había dolido de verdad; escuchó como las pesadas patas del crinos se acercaban cada vez más hacia él hasta que lo tuvo en frente y lo miró, el ancestro también lo regresó a mirar y le dijo— vamos!, transfórmate chico —tras decirle eso, le propinó una patada en el abdomen que levantó del suelo a Atuc y lo hizo caer a aproximadamente dos metros de distancia.
El cachorro se quedó acostado boca abajo recuperando el aire, confundido, no entendía por qué un espíritu que fuera con él, serio, noble en el pasado, ahora le estaba golpeando de esa manera y exigiéndole que cambiara. Nuevamente las pesadas patas del crinos anunciaban que este se acercaba, Atuc sentía que esta vez lo mataría, la desesperación provocó que de las pequeñas manos de niño, se expandiera su tejido óseo, muscular y los vasos sanguíneos, sus uñas se cayeron y aparecieron garras, no fue inmediato, por lo que Atuc chillaba de dolor —Ahhhhhh!!!, ¿qué me está pasando? —dijo mientras se retorcía
Al cabo de unos minutos, un crinos color negro estaba acostado, hincando sus garras en la tierra color negra, gruñía y movía sus ojos en dirección a todas partes, su nariz era más activa, resoplaba el aroma de pequeño zorro que estaba cerca, dio un brinco y arremetió contra el espíritu ancestro clavándole sus colmillos en la espalda, Pequeño Zorro bocetando con una sonrisa incisiva, con facilidad evadió el ataque y volteo la fuerza del mismo contra Atuc lanzándolo a más de dos metros.
Atuc no cayó lejos, ni lo hizo mal, de pie manteniendo el equilibrio apenas dejó unos segundos para contra atacar, esta vez buscaba arrancarle el corazón a su ancestro usando sus dos manos, pero fue inútil, Pequeño Zorro le tenía ventaja, estaban dentro de su visión, lo tomó del cuello y lo levantó, Atuc volvió en sí, estaba convertido en crinos pero ya tenía control sobre su bestia, Pequeño Zorro le sonrió y dijo: —lo has hecho bien, estoy orgulloso —lo bajó, Atuc abrió sus ojos y se miró a sí mismo, estaba ahora fuera de la visión junto a la cascada de rodillas, solo que ahora era un crinos, aprovechó y regresó en esa forma a la aldea, todos lo miraron sorprendidos por el control que demostraba en esa forma.
Cap 3: llegada al Túmulo de Tasman —Pero Guardián de la Estrella Polar, déjame pelear, soy fuerte y sé hacerlo —dijo Atuc. Dos fuertes guerreros llevaban a la mayoría de cachorros inconscientes en una vieja camioneta de granja hasta la zona de tótems de la tribu, a Atuc lo llevaban atado de manos y piernas en medio de los asientos traseros porque era capaz de soltarse, lo dejaron frente al tótem de la gran serpiente sin siquiera saber lo que pasaba, no tardó en abrirse un portal desde el cual el cachorro fue absorbido.
—Leona, ¿dónde estamos? —dijo Atuc a una cachorra que dormía con los ojos abiertos junto a él, atónito a lo que se podía observar desde ese punto de la umbra, se habían acercado a todas las constelaciones, la luna, la estrella del norte, era hermoso el polvo estelar parecía flotar junto a él y sus iguales, a su lado flotaban apacibles algunos de sus hermanos de leche cachorros— hey despierten!
Observó como la estrella polar se alejaba más y más para dar paso a una constelación que tenía la forma de una cruz, se estaba alejando del que fue su hogar, le pasaba por segunda vez, reconoció en él un sentimiento de orfandad como si sus padres se volvieran a morir, finalmente un portal se abrió y fue escupido en una tierra extraña.
El lugar era un bosque, había caído en medio de unas frondosas ramas, solo cerró los ojos y se quedó dormido.